La unidad I de la central nuclear Ascó se desconectó de la red eléctrica durante la pasada madrugada para iniciar los trabajos correspondientes a la 23ª recarga de combustible, que dará lugar a un nuevo ciclo de operación de 18 meses. A lo largo de esta parada, además de la sustitución de 64 de los 157 elementos combustibles que componen el núcleo del reactor, destaca la realización de trabajos orientados a la operación segura de la central y a largo plazo, como la limpieza química de los generadores de vapor y la prueba periódica de comprobación de la estanqueidad del edificio de contención.
Durante la parada está previsto ejecutar cerca de 10.500 órdenes de trabajo, de las que un 75% corresponden a tareas de mantenimiento preventivo e inspecciones; un 7,3%, a trabajos correctivos; otro 8,2% a trabajos auxiliares y el 9,5% restante, a modificaciones de diseño en la central. Para llevar a cabo los trabajos previstos se incorporarán unos 1.000 profesionales procedentes de cerca de 50 empresas distintas, que se suman al personal que trabaja en CN Ascó de forma permanente.
La realización de un volumen tan significativo de actividades en un periodo de tiempo limitado requiere una planificación previa detallada y con una elevada coordinación de todas las unidades organizativas de la central, que deben trabajar de forma conjunta, hacia la consecución de un objetivo común: llevar a cabo las tareas planificadas de forma segura y eficiente.
En este sentido, uno de los trabajos de gran envergadura que se completará durante esta parada por recarga es la limpieza química de los tres generadores de vapor, en la que la central lleva trabajando desde el año 2012. Esta actividad, destinada a conservar los generadores de vapor en unas condiciones adecuadas para la operación a largo plazo de la planta, ya se ha aplicado en diversas centrales nucleares de Europa y Estados Unidos.
Otros trabajos relacionados con la seguridad de la planta son los asociados a la comprobación de la estanqueidad del edificio de contención, así como los relacionados con la implantación de varias modificaciones de diseño relacionadas con el proyecto de Refuerzo de la Seguridad, derivado de las pruebas de resistencia que realizaron todas las centrales nucleares españolas en el año 2011.
Por otro lado, también se van a ejecutar a lo largo de esta recarga otros trabajos significativos, como la inspección de los generadores de vapor por medio de corrientes inducidas, la sustitución de un motor del generador diésel B y la inspección mecanizada de la vasija con un equipo especializado.